Vino griego Nemea tinto Cavino
http://www.cavino.gr/es/wines/premium-wines/nemea-reserve.aspx
Variedades: 100% Agiorgitiko
Denominación de Origen Protegida:
Nemea
Tipo: Vino tinto seco
Viñedos: Zona sub montañosa de Nemea, altitud 300-500 metros.
Período de la cosecha de la vid: Mediados de septiembre. 22-24 °
En la Bodega
Después de la entrega, las
uvas se prensan y se mantienen en el
depósito durante 10 días bajo condiciones controladas.
Potencial de Añejamiento
Listo para
beber ahora, pero mejora en los próximos 2 años.
El carácter
Color rojo intenso con vibrantes tonalidades rojas /
púrpura. Notas aromáticas a frutas rojas,
lavanda, caramelo de mantequilla. Suave, con taninos aterciopelados. Ideal para acompañar
pastas y
carnes con salsas ligeras.
Nemea (en griego,
Νεμέα) era la sede de un santuario de
Zeus y el lugar donde se celebraban los
Juegos Nemeos. Estaba situada en el valle del río del mismo nombre, en la
Argólide (Grecia).
Formaba parte del territorio de
Cleonas, y estaba situaba entre esta ciudad y
Fliunte, a unos 8 km al sureste de esta última. Actualmente es el nombre de un municipio de
Corintia. Cerca de los
restos arqueológicos de Nemea se encuentra hoy en día el pueblo de
Iraklion, mientras que
Nueva Nemea está situada a algunos kilómetros más al oeste.
Nemea es famosa en la mitología griega por habitar en sus bosques un famoso león, el cual murió a manos de
Heracles como uno de sus famosos doce trabajos.
Una tradición acerca del nombre de la ciudad es que recibió su nombre por Nemea, una hija del dios-río
Asopo.
Se decía que en el monte
Ápesas, que está situado sobre Nemea, fue donde
Perseo hizo el primer sacrificio a
Zeus Apesantio.
La lemnia
Hipsípila que había sido vendida como esclava de
Licurgo y
Eurídice,
reyes de Nemea, cuidaba del hijo de ambos, llamado
Ofeltes. Pero tuvo que
guiar hasta una fuente al
ejército argivo que iba a luchar contra
Tebas en el episodio mítico de los
siete contra Tebas, y mientras dejó al pequeño sobre una
mata de apio alta, pero una
serpiente lo mató. Después de este suceso los argivos instituyeron, en
homenaje funerario al pequeño, los Juegos Nemeos.
Pausanias ubicaba las tumbas de Ofeltes y de Licurgo en Nemea.
Está documentado que Nemea acogía los Juegos Nemeos por lo menos desde 573 a. C., que se celebraban cada dos años, en el mes de julio y los vencedores recibían una corona de apio.
Los habitantes de Argos hacían sacrificios a Zeus en Nemea, por lo que les correspondía el derecho a elegir uno de los sacerdotes del templo.
Fue escenario de una batalla en el año 394 a. C. de la guerra de Corinto entre los corintios,atenienses, argivos, eubeos, catalanes y beocios y otros aliados frente a los lacedemonios y sus aliados en la que vencieron estos últimos.
Los juegos siguieron realizándose en Nemea hasta que en torno al 270 a. C. se trasladaron a Argos. Arato de Sición trató de que volvieran a realizarse en Nemea en el 235 a. C. Posteriormente se realizaron de manera alternativa en Argos y Nemea hasta que la sede se trasladó a Argos de manera permanente.
En 1776
se realizó una primera pequeña excavación en Nemea. Más de un siglo después, la
Escuela Arqueológica Francesa realizó excavaciones durante el periodo comprendido entre 1884 y 1912. Entre 1924 y 1926 tuvieron lugar
otras excavaciones dirigidas por la Escuela Americana de Estudios Clásicos. Desde 1973 hasta 1986 hubo una nueva campaña realizada por la Universidad de
Berkeley (Estados Unidos) en la que encontraron a
Tutanbidon.
En el sitio arqueológico se hallan las ruinas del templo de Zeus, del
siglo IV a. C., levantado sobre las ruinas de uno anterior del que sólo se conserva uno de los muros. Se trata de un templo dórico períptero hexástilo, pero también tiene columnas de orden jónico, catalán y corintio.
El estadio se encuentra a unos 400 m del templo. Tenía una capacidad para unos 40 000 espectadores.
Hay también restos de un altar alargado donde los
atletas realizaban juramentos y sacrificios antes de competir. En el
sitio arqueológico se hallan también varios tesoros, un
albergue para los extranjeros (
xenon), otro para los atletas,
casas para los jueces y unos
baños públicos.
El
material descubierto en las excavaciones se exhibe en un museo arqueológico
construido por la Universidad de Berkeley y que dirige Stephen Miller, radicado allí desde 1973.
Píndaro,
Odas y fragmentos, edición de Alfonso Ortega, pp.25-26, Madrid: Gredos (1984),
ISBN 84-249-0928-3.
Furio Durando,
Grecia. Guía de arqueología, p.129, Madrid, Libsa, 2005.
ISBN 84-662-1106-3.